ACCIÓN POÉTICA
No me gustan los lunes
No hieden, ni huelen las imágenes de ninguna pantalla, de ningún escaparate, de ninguno de los diarios o las revistas y las palabras tampoco. Impávidas se plasman, como muertas permanecen más allá de nosotros mismos y te miran ciegas desde el papel, desde las vallas, desde la caja negra y en el cine. ¡Si no te sirven los ojos para ver lo muertas que están, arráncatelos!.
El dolor sublime de la oscuridad quizás permita ver lo vivas que están las imágenes muertas, que ya ni siquiera hieden.
Los ríos exponen en sus cornisas trozos de cuerpos como en el Museo del Pérgamo en Berlín, los cuerpos de los ríos aún conservan su olor a carne fresca sin nombre, viajan sin identidad alguna por los mares de un Odio vacío.
Las del museo ya se petrificaron, podemos recurrir a Homero y a los aedas para que nos cuenten las hazañas de estos héroes, de sus dioses y tragedias. Al fin se les ve y se les oye como palabras muertas, como historias que no nos tocan, palabras de otros tiempos, simplemente palabras petrificadas.
Los trozos fragmentados de los cuerpos que bajan por el río son tan presentes, son tan humanos, son tan posiblemente cercanos que sus nombres pueden ser los nuestros y por eso hieden.
No vamos a hacer exposiciones con los fragmentos de río, con los sonidos de las piedras que en su cauce llevan. Porque cuando el río suena, muertos lleva. Es la fiesta de los muertos recientes. Para qué exponerlos en museos, si estamos ciegos a nuestro tiempo.
Expongamos nuestros ojos, ¿qué vemos en ellos más allá de las lentillas y el color de las pupilas?, ¿más allá de su tamaño, de su iris y de su cornea?, ¿más allá del vacío de un alma sin raíces?. Sin narices, sin perfumes todo hiede como al principio. Los lunes los museos están cerrados.
Mañana martes un poco menos caníbales abriremos los ojos a ese otro que habita en los espejos y le preguntaremos por sus hambres y quizás nos brote un poco de compasión por las imágenes y en sus fronteras descubramos una montaña, una nariz que nos precede. Respirará esa imagen de nosotros sin las cavidades que separan los ojos.
Amanecerá y veremos amor, mañana es martes.